13 de enero de 2011

Hoy estoy en Babia, ¿pero dónde está Babia?


Hoy llevo todo el día en Babia. Una paliza mañanera a base de spinning de la que todavía no me he recuperado y la mente cargada de pensamientos inútiles que han culminado con una tontería atroz y unos síntomas de cansancio poco frecuentes en mí. Y he dicho, no voy a pensar en nada. Pero claro, el mero de hecho de pensar que no voy a pensar en nada, ya rompe con mi propósito.

Y me repito: estoy en Babia. De pronto pienso, ¿y qué leches es eso de estar en Babia? Vamos, rallada típica de jueves por la tarde, sin mucho que hacer, con ganas de dormir y esperando que den las 9 para tomar unas cañas mientras veo el Madrid-Atleti. Así que le pregunto a mi amigo Google y aquí tenéis la respuesta:

Aunque hay varias explicaciones acerca de esta popular expresión, hay una que me ha convencido. En el norte de la provincia de León, limitando con Asturias, hay una comarca llamada Babia, abundante en aguas y verdes praderas, que desde siempre ha tenido a la ganadería por principal riqueza. Al parecer, esta región de tradición pastoril y marcada por la trashumancia, era muy del agrado de los reyes de León, que la escogieron para lugar de reposo allá por la Baja Edad Media (siglo XI).

Los monarcas gustaban de pasar largas temporadas estivales en Babia, región placentera, bien abastecida y guardada por gente pacífica e hidalga, leal a la corona leonesa. Es decir, una comarca donde Ordoños, Ramiros, Alfonsos, Fernandos y demás monarcas de León disfrutaban de la caza de osos, corzos y jabalíes, huyendo a la vez de las intrigas de la Corte y de las ambiciones de nobles y prelados, empeñados en instaurar la modalidad feudal en el reino.
Tanto gustaba, que parece ser que los monarcas que rigieron la zona durante los tres siglos que se alargó el reinado, desaparecían constantemente a esas tierras plácidas y reconstituyentes. Ante tanta ausencia, los ministros sólo podían contestar a los fieles súbditos leoneses que los reyes estaban en Babia. No les quedaba otra. Con esta expresión pretendían dar a entender que Su Alteza no quería saber nada sobre los problemas de la plebe.
Por eso, y desde entonces, la expresión “estar en Babia” define a cualquier persona distraída o ausente, que no quiere saber nada y que, simplem
ente, se lanza a los brazos de los placeres que ofrece el “dolce far niente”, que dirían los italianos.
Babia hoy

Actualmente, la comarca está dividida en Babia de Arriba y Babia de Abajo, que se corresponden con los ayuntamientos de Cabrillanes y San Emiliano, respectivamente, los dos municipios de la zona, con una media de 800 habitantes cada uno.
Babia de Arriba está compuesta por 14 pueblos, que son: Cabrillanes, La Cueta, Huergas de Babia, Lago de Babia, Mena, Meroy, Las Murias, Peñalba de Cilleros, Piedrafita de Babia, Quintanilla, La Riera, San Félix de Arce, Torre de Babia y Vega de Viejos.
Babia de Abajo, por su parte, se compone de otros 14 pueblos: Candemuela, Cospedal, Genestosa, La Majúa, Pinos, Riolago de Babia, San Emiliano, Torrebarrio, Torrestío, Truebano de Babia, Villafeliz de Babia, Villargusán y Villasecino.
En 2004, la comarca se convirtió en reserva de la biosfera, conformando la Reserva de la Biosfera de Babia. Actualmente, siguen subiendo a los puertos de Babia rebaños de ovejas merinas, que se arriendan para toda la temporada y que comparten los pastizales con el ganado vacuno y también el equino, en especial de la raza Hispano-bretona, siendo Babia el referente estatal de este caballo.
En conclusión, que como siempre digo, no te acostarás sin saber algo nuevo y que, tras ver las fotos de las pedanías y parajes de Babia, me han entrado ganas de visitar la zona, ¿alguien se apunta?

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